Escuche en VIVO!
En Vivo:
Música
Cómo ir al Cielo RadioInstituto Bíblico ChatRecursos Idiomas DonacionesContáctenos
Ojos que no ven

Para la gloria de nuestro grande y maravilloso Dios quiero compartir el siguiente testimonio con ustedes.

Tengo 50 años,  mi esposa y yo estamos felizmente casados por 26 años, ella nació en Karaganda, Kasachstán, nos casamos en octubre del 1979 en Estonia. En enero del 1980 a mi esposa se le permitió salir de Rusia para vivir conmigo en Alemania. Estábamos muy felices, a  los 6 meses ella se enfermó gravemente y tuvo que ser operada.

 Una vena se le reventó y sufrió una parálisis parcial. Quedó casi paralizada y no podía hablar, pero Dios es bueno, muy pronto se mejoró y pudo recuperar su voz, después de la rehabilitación felizmente nos reunimos. Tres años después mi esposa se enfermó de nuevo. Debido al bypass que le practicaron en el cuello una vena se contrajo y el cerebro no recibía suficiente irrigación sanguínea.  Estando de regreso al hospital, los médicos consideraron varias posibilidades para ayudarla. Las cosas no eran muy alentadoras,  una vena de la pierna debía ser transferida a la aorta, no había garantía de que Lydia sobreviviera esta cirugía. Cuando éramos jóvenes, Lydia y yo dedicamos nuestras vidas a Jesucristo, ella siempre me alentaba cuando estaba en su lecho de enfermedad. ¡Ella me decía: “No te preocupes – Dios no se equivoca”! Antes de la operación me dijo: “Si no nos vemos aquí, seguro nos vemos en el cielo  con Jesús”. Confiadamente ella puso su vida en las manos del Señor antes de entrar a la sala de operación.

 Antes de la operación envié cartas a las iglesias y a los amigos, esto me fortaleció y animó mucho. Durante este tiempo experimenté intensamente el significado de la oración, Dios hizo un gran milagro y dio a Lydia el regalo de la vida una vez más. ¡La gloria solamente a EL!

 Otra vez pasamos un período largo de rehabilitación y restauración donde mi esposa y yo disfrutábamos nuestra vida juntos. Lydia pudo hacer sus quehaceres del hogar, aunque ella debía acostarse y descansar de vez en cuando. Cuando ya habíamos salido de todo esto, experimentamos otro tiempo de prueba. Desde que tenía cinco años,  he sido Insulina-Dependiente y después de 23 años de tener diabetes, mi vista se empeoró. Fui  tratado con láser, pero al haberme sometido a cuatro operaciones, la ceguera no se pudo detener. En la última operación me removieron mi ojo izquierdo. Escribo esta carta con la ayuda de mi computadora, que está equipada con un programa de idiomas que me permite escribir y leer. así es como puedo escuchar la maravillosa emisora  BBN, y estoy muy agradecido al Señor por  esta técnica que es muy beneficiosa para mí. Finalmente, mi estimada esposa y yo podemos decir incondicionalmente, eso a pesar de las restricciones, que estamos seguros en nuestro Señor Jesucristo, rindiendo completamente nuestra vida a él, adorándolo con todo nuestro corazón y viviendo según su palabra. Lo mejor está por venir: ¡La gloria por toda la eternidad, reunidos todos los creyentes con Jesús!

 

Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. 1 Corintios 2:9

 


Escrito por:   BBN Deutsch/Maria Colmenares    Fecha de publicación  3/30/2006 1:08 PM
Número de visitantes  3071


Copyright © 2006 Bible Broadcasting Network Login