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Moisés...Mis lecciones en el Desierto - Èxodo 2

Un día recibí una carta: “Soy un hombre de 3 1 años, divorciado, aunque me opuse firmemente. Me siento mal, porque no tengo esperanza para el futuro; a menudo regreso a casa después de la reunión de la iglesia y me pongo a llorar. No hay nadie que me aliente cuando lloro. A nadie le importa. Lo que más me duele es que le he suplicado a Dios que me dé gracia a fin de permanecer soltero para su gloria, y mantener mis ojos puestos en Jesús, pero todo continúa igual. Sigo fallando. Emocionalmente me encuentro acorralado, o al borde de un colapso. Algo anda muy mal. Me siento tan incapaz y tan resentido que apenas puedo relacionarme con otros. Siento que voy a tener que permanecer en período de disciplina el resto de mi vida”.   
En disciplina; ¿alguna vez ha estado usted ahí? Uno quiere acercarse más a Dios, pero da la impresión que Él oculta su rostro. Uno trata de hallar algún propósito en su dolor, pero hay pocas respuestas, si es que las hay. La letra menuda de la voluntad de Dios, se vuelve más misteriosa, entre uno más se esfuerza por leerla.

Quizá es el resultado de una bancarrota inevitable. Una mala costumbre que trajo problemas de salud, o una relación inmoral del pasado que sigue interponiéndose en el camino de su auténtico deseo de hacer las cosas bien. O quizá haya sido despedido injustamente. Cualquiera que sea la causa, usted siente que está en disciplina, así como se siente un deportista cuando tiene que permanecer fuera del juego por una infracción al reglamento, o por haber sido sorprendido en una conducta inapropiada.
Puede identificarse con Moisés. Él vivió 40 años en la corte de Faraón, otros 40 guiando a los israelitas fuera de Egipto, pero aquello que él no sabía era que esta segunda etapa de 40 años en disciplina, por homicidio, sería su campo de entrenamiento para cosas más grandes. Más adelante se acercaría a Dios, pero eso tomaría tiempo.

Esteban nos dice: fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras (Hch. 7:22). Había estudiado matemáticas, astronomía, química y jeroglíficos. Como hijo de la hija de Faraón disfrutó su posición de celebridad, y tuvo todo el lujo que Egipto le podía ofrecer. FB. Meyer especuló diciendo: "Si Moisés cabalgaba por las calles posiblemente iría con un séquito principesco, en medio de gritos tales como: 'Inclínense'. Si navegaba en el Nilo sería en una barcaza de oro escuchando los compases de una música delicada".
Josefo dijo que cuando los etíopes invadieron a Egipto, Moisés fue puesto a cargo de las tropas reales, que venció al enemigo y que regresó con el botín de la victoria. Tal como lo dice Meyer, la crema de Egipto fue vertida en su vaso.

Un día mientras caminaba observando los cuerpos tostados por el sol de quienes trabajaban con afán en la elaboración de ladrillos, vio que un egipcio golpeaba a un israelita. Ya era demasiado; había llegado la hora de actuar con prontitud. Tal como Don Baker afirma: "Moisés olvidó quién era. Olvidó que era el príncipe de Egipto, el elegido de Faraón, el que estaba por ser nombrado rey. En un momento de ira desenfrenada atacó al egipcio sorpresivamente y luego puso su fuerte brazo derecho alrededor del cuello del capataz". Al caer el cuerpo sin vida pesadamente sobre la tierra. Moisés pudo darse cuenta de que había asesinado a un hombre. Así que escondió su tibio cadáver en la arena (Ex. 2: 1 2). Esto le hizo huir al desierto. En el desierto Moisés tendría tiempo para que sus heridas sanaran. También lo tendría para conocer a Dios. Aunque no entendía por qué su intento de obediencia, había salido mal. Finalmente sería confrontado por el Dios cuya voluntad ahora parecía tan oscura.

Dios llegaría a ser el maestro de Moisés. Dios usaría el desierto para enseñarle a Moisés lo que el palacio nunca le hubiera podido enseñar. Lo que para Moisés parecía el fin de una vida significativa, realmente era el inicio de la carrera de uno de los personajes más famosos de la historia. Posteriormente en el desierto, sería confrontado por el Dios de sus padres.

Conocería al "Dios de la Segunda Oportunidad". ¿Qué pudo aprender Moisés en el desierto que no hubiera podido aprender en el palacio? Bueno estas lecciones las puede estudiar en el curso Acercándose más a Dios, del pastor Erwin Lutzer . Encuentra estas lecciones en el Ciclo de Personajes Bíblicos. Estudie la Biblia Gratis – Para inscribirse en el Instituto Bíblico de BBN, ingrese a: www.bbnbi.org  - (Español) y luego haga clic en Ayudas a sus Preguntas. La Ayuda No. 1 dice Cómo Inscribirse.
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Muchas gracias por estudiar en el Instituto Bíblico de BBN.


Escrito por:   E. Lutzer - Acercándose más a Dios    Fecha de publicación  3/3/2017 2:33 PM
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