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Requisitos de los líderes en una iglesia
Venimos estudiando la primera carta de Pablo a Timoteo, en la serie titulada: Claves para ser un buen ministro de Jesucristo. En esta oportunidad vamos a seguir examinando los requisitos de carácter que deben tener los líderes en una iglesia local.
Los líderes de una iglesia local deben surgir de la misma iglesia local. Son creyentes en quienes el Espíritu Santo ha puesto un vivo deseo por el obispado. Si alguno anhela obispado, buena obra desea, fue el dicho solemne o la palabra fiel del apóstol Pablo. Pero para ser obispo no solamente hace falta anhelar serlo sino también cumplir con algunos requisitos de carácter. El requisito inclusivo porque encierra a todos los demás, es:
- Irreprensible. Esto significa que no tiene nada de qué ser acusado. Irreprensible implica que el potencial líder de una iglesia debe ser marido de una sola mujer. Esto habla de la pureza en el área sexual. Ser sexualmente puro no debería ser una meta solamente para los que anhelan obispado sino para todo creyente en general. La Biblia dice en 1 Tesalonicenses 4:3  pues la voluntad de Dios es vuestra santificación;  que os apartéis de fornicación;
Pero hay más, dentro de esto de ser irreprensible. Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en 1 Timoteo 3:2. Luego de la frase “marido de una sola mujer” encontramos otra cualidad de carácter. Sobrio. Es la traducción del adjetivo griego “nefálios” que en su sentido literal significa estar libre de la influencia de sustancias embriagantes, como cuando hablamos de una persona sobria en contraste con una persona ebria. Pero en su sentido metafórico significa alguien que no actúa bajo ninguna influencia que de alguna manera haga inclinar sus decisiones. No solamente las drogas y el alcohol pueden alterar la conducta de una persona sino también cosas como el poder, la fama, la riqueza y tantas otras cosas más.
El líder sobrio es aquel que tiene bien puesta la cabeza para no dejarse impresionar fácilmente por ninguna circunstancia pasajera. Después de sobrio, tenemos otra cualidad de carácter. Aparece en 1 Timoteo 3:2: Prudente. Es la traducción del adjetivo “sófron” que simplemente denota “de mente sana” y de allí significa alguien que tiene dominio propio, alguien cabal, alguien cuerdo. Un extremo es el líder que siempre está sombrío, serio, con un rostro adusto, con cara de pocos amigos. El otro extremo es el líder demasiado frívolo, quien no toma nada en serio y da la apariencia que para él todo es un juego. El líder prudente es equilibrado, quien sabe evaluar las circunstancias para reír con el que ríe y llorar con el que llora.
A continuación viene otra cualidad de carácter. Aparece también en 1 Timoteo 3:2. Decoroso. Es la traducción del adjetivo “cósmios” del cual viene nuestra palabra cosmético que significa algo arreglado, ordenado, adornado, vistoso. Pues el líder debe ser alguien cuya personalidad está caracterizada por el orden, la buena disposición, la decencia, el adorno. La vida del líder debe ser lo que adorna la doctrina cristiana. Es triste reconocerlo pero el estilo de vida de muchos creyentes y no pocos pastores, en lugar de adornar la doctrina, denigran la doctrina. Hace algunos días atrás fui invitado a predicar en una iglesia. Luego del mensaje se me acercó una persona que con mucha sinceridad me dijo: Hermano, yo realmente entiendo el mensaje del evangelio que usted predicó y dentro de mí deseo recibir a Jesucristo como mi Salvador, pero tengo mucho temor de hacerlo, porque he visto a tantas personas que supuestamente han recibido a Jesucristo como su Salvador, pero viven igual o peor que yo. Yo no quiero ser hipócrita como ellos. Con mucha vergüenza tuve que admitir que lamentablemente algo así suele suceder, pero que eso no es normal, porque cuando una persona verdaderamente recibe a Jesucristo como Salvador, Dios le hará una nueva criatura, con una nueva mente para conocer a Dios, con una nueva voluntad para obedecer a Dios y con un nuevo corazón para amar a Dios. El líder vivirá de tal manera que su vida sea un adorno para la doctrina de Cristo. A continuación tenemos otra cualidad de carácter.
-En 1 Timoteo 3:2 dice: Hospedador. Es la traducción del adjetivo griego “filóxenos” que significa uno que ama a los extranjeros o a los extraños. Interesante que la hospitalidad refleja el carácter del potencial líder en una iglesia local. Esto tiene sentido por cuanto la hospitalidad se sustenta en un espíritu de amor, de interés por los demás, especialmente por aquellos que están en profunda necesidad. La falta de hospitalidad denota un espíritu egoísta, una actitud de desinterés por el bienestar de aquellos que están en profunda necesidad. El potencial pastor, anciano u obispo debe tener un corazón sensible a las necesidades de los extranjeros o los extraños y en consecuencia debe abrir las puertas de su casa para hospedarlos. Obviamente será necesario mucho discernimiento para no ser víctima de personas inescrupulosas que fingiendo estar en necesidad podrían hacer daño a quien les hospeda, pero cuando existe una disposición para ser hospitalario, Dios mismo se ocupa de otorgar la debida protección. La hospitalidad no solamente puede satisfacer temporalmente la necesidad de un extraño sino que puede llegar a ser una herramienta muy útil para compartir el mensaje del evangelio con personas que todavía no han recibido a Cristo como Salvador. A continuación tenemos otra cualidad de carácter que debe cultivar un obispo, pastor o anciano. A
llí, al final de 1 Timoteo 3:2 dice: Apto para enseñar. Esta frase es la traducción de una sola palabra en el idioma Griego. El adjetivo “didacticós” relacionado con el verbo “didasko” que significa enseñar. De allí, denota lo que es perteneciente o relativo a la enseñanza, o algo adecuado para enseñar o instruir. Aplicado a un obispo, pastor o anciano, esto podría tener una doble aplicación. Por un lado, la vida del obispo, anciano o pastor debe ser una lección sin palabras para los que están en contacto con él. Por otro lado, el obispo, anciano o pastor debe ser capaz de tomar la palabra de Dios, explicar su significado, y aplicarla a determinada situación de la vida. Esto no necesariamente significa que el obispo pastor o anciano debe tener el don de enseñanza. Si lo tiene será algo muy beneficioso para la congregación donde el Espíritu Santo lo pone, pero si no lo tiene, de todas maneras, el obispo, pastor o anciano debe ser capaz de estudiar la palabra de Dios y comunicarla a otros con efectividad. En este punto sería bueno señalar que el ser apto para enseñar no necesariamente resulta de haber recibido educación teológica formal en algún instituto bíblico, o un seminario bíblico o una universidad cristiana. Estudiar teología es bueno y recomendable, pero no garantiza que un potencial obispo, anciano o pastor llegue a ser apto para enseñar. Yo conozco varios ancianos, obispos o pastores, que jamás han pisado siquiera un instituto bíblico, o un seminario bíblico o una universidad cristiana, pero han estudiado la Biblia por ellos mismos y han puesto en práctica en su vida lo que han aprendido de la Biblia y por tanto son muy aptos para enseñar. No estoy cuestionando la validez de la educación teológica. Lo único que estoy diciendo es que no es indispensable para que un creyente llegue a ser obispo, pastor o anciano en una iglesia local. Dicho esto, consideremos una cualidad más de carácter para los obispos, pastores o ancianos.
La primera palabra de 1 Timoteo 3:3 dice: No dado al vino. Es la traducción de dos palabras en el idioma griego, que denota una persona que no abusa del vino. El abuso del vino puede conducir a un creyente a la embriaguez, lo cual atenta contra su buen testimonio y echa a perder su imagen ante su familia y la congregación. Para algunos intérpretes, no dado al vino significa abstenerse de cualquier bebida que contenga alcohol. Para otros en cambio significa solamente no abusar de bebidas que contengan alcohol. Los que defienden esta última interpretación usan el caso del mismo apóstol Pablo, quien recomendó justamente a Timoteo a tomar un poco de vino por razones médicas. 1 Timoteo 5:23 dice: Ya no bebas agua,  sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades.
En todo caso, amable oyente, los obispos, pastores o ancianos, deben ejercer extremo cuidado para no lastimar la conciencia de un hermano que en su propia mente esté convencido que no se debe ingerir ninguna bebida que contenga alcohol. Un buen ministro de Jesucristo, además de ser irreprensible y marido de una sola mujer, debe también ser sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar y no dado al vino. En nuestro próximo estudio bíblico vamos a estudiar otras cualidades de carácter de los obispos, pastores o ancianos.

Escrito por:   D.Logacho - La Biblia dice    Fecha de publicación  7/29/2017 10:01 PM
Número de visitantes  8261


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