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		| LA CARGA DE LAS PREOCUPACIONES 
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		|  ¿Por qué se preocupa? Puede ser que conozcamos y amemos a Dios, pero nuestra preocupación persistente demuestra falta de confianza en él. Cuando confiamos en cualquier otra cosa que no sean las promesas y provisión de Dios para nuestra vida, la preocupación hará que nos alejemos del Señor y que nuestra confianza se convierta en desconfianza. La preocupación se debe a:
 -Una teología distorsionada—Confiamos en que Dios nos salva, pero no creemos que satisfará nuestras necesidades cotidianas (Mateo 7:9–11)
 -La ilusión de que tenemos el control de las cosas—Creemos ilusamente que si ordenamos mentalmente los eventos futuros, podremos controlar los resultados (Proverbios 29:25)
 -El síndrome de la responsabilidad exagerada—Tener un sentido exagerado de responsabilidad pretendiendo que todas las áreas de nuestra vida sean perfectas (Filipenses 4:11–12)
 -Una falsa culpabilidad—Permitir que la culpa falsa se manifieste como preocupación (Salmos 32:3–5)
 -Emociones descontroladas—Dejamos que el temor nos controle por completo (Salmos 34:4)
 -Necesitamos aprobación—Sentimos la imperiosa necesidad de ser aprobados por otros (Gálatas 1:10)
 -Hambre espiritual—Tratamos de vivir del alimento espiritual pasado (Salmos 34:8, 10)
 -Tenemos una imagen personal distorsionada—Nos falta el valor que Dios nos da (Salmos 34:18)
 
 
 La Preocupación: Ladrona sutilUno de los hábitos más destructivos que aprisionan al ser humano es tan común que mucha gente lo considera tan natural como respirar y tan inofensivo como parpadear. Ese hábito se llama “preocupación”. Es un ladrón tan hábil y engañoso, que sus víctimas ni siquiera se dan cuenta que les han robado la paz, el tiempo, la energía mental y el bienestar emocional. La preocupación es como una maraña de gruesos hilos que ejercen presión sobre nuestra mente. Nos ata como un cordón entretejido de tres hebras a las penas del pasado, a las angustias de hoy y a las preocupaciones del mañana. Trágicamente, el efecto de la preocupación ahoga nuestro gozo, interfiere con nuestra paz y coarta nuestra libertad. Sin embargo, ¡es posible vencer a esa asfixiante enemiga! 
 
 Seis situaciones de preocupación1. Si decimos: “Temo que mi situación sea imposible”. Dios dice: Todas las cosas son posibles para mí. (Lucas 18:27)
 2. Si decimos: “Me siento abrumado por el miedo”.
 Dios dice: Yo te sostendré cuando sientas temor. (Isaías 41:10)
 3. Si decimos: “Estoy muy preocupado. No puedo perdonarme a mí mismo”.
 Dios dice: Yo puedo perdonarte. (1 Juan 1:9)
 4. Si decimos: “Tengo miedo de que mis seres queridos me abandonen”.
 Dios dice: Una vez que te entregues a mí, nunca te abandonaré. (Deuteronomio 31:8)
 5. Si decimos: “Me preocupa la muerte”.
 Dios dice: Te daré vida eterna. (Juan 3:16)
 6. Si decimos: “Estoy tan preocupado que no puedo descansar”.
 Dios dice: Yo te daré descanso. (Mateo 11:28–30)
 
 
 Una promesa para meditar y aplicar: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. (Mateo 11:28-30) 
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					Escrito por:
					 
					Ministerio Esperanza para el Corazón   
					Fecha de publicación 
					7/23/2019 10:32 AMNúmero de visitantes 
					4308
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