|  | 
                
                  |  |  
                  |  |  |  
                  | 
  
    | 
      
        |  |  
        | 
	
	
		| ¿Tiempo para orar? 
 |  
		| front.gif&w=300) "Oh Dios, acude a librarme; apresúrate, oh Dios, a socorrerme". — Salmo 70:1
 Una mañana, cuando era niño, estaba sentado en la cocina, mirando a mi mamá que preparaba el desayuno. De pronto, la grasa de la sartén donde freía la panceta se prendió fuego. Las llamas subieron por el aire, y mi madre corrió a la despensa a buscar un paquete de harina para arrojarlo sobre el incendio.
 
 «¡Socorro!», grité. Y después, agregué: «¡Ay, ojalá fuera la hora de orar!». Es probable que «es hora de orar» haya sido una expresión frecuente en la familia, y yo la interpreté literalmente como que solo podíamos hacerlo en determinados horarios.
 
 Desde luego que la hora de orar es en cualquier momento; en especial, cuando estamos en crisis. El miedo, la preocupación, la ansiedad y la aflicción son las ocasiones más comunes para hablar con Dios. Por naturaleza, recurrimos a la oración cuando nos sentimos desolados, abandonados y despojados de todo recurso humano. Clamamos con las palabras de David: «… apresúrate, oh Dios, a socorrerme» (Salmo 70:1).
 
 John Cassian, un creyente del siglo v, escribió lo siguiente: «Este es el clamor aterrorizado de alguien que ve la trampa del enemigo, el grito de una persona asediada de día y de noche, que exclama que no puede escapar a menos que su Protector acuda a rescatarla». Que esta sea nuestra simple oración en cada crisis y durante todo el día: «¡Socorro, Señor!».
 
 Siempre hay un lugar y un momento para orar.
 |  
		
		
			| 
 
					Escrito por:
					 
					Escritores de Nuestro Pan Diario   
					Fecha de publicación 
					12/29/2017 11:08 AMNúmero de visitantes 
					4561
 |  
		| 
 |  |  |  |  
                  |  |  |  |