BBN Radio
Cómo Ir Al CieloRadioInstituto BíblicoChatRecursosIdiomasDonacionesContáctenos
Inscribirse|Acceso a los Cursos|Ayudas a sus Preguntas|BI Ayuda de Audio|Quienes somos|Herramientas|Testimonios|
Datos de ingreso
Entrada del estudiante
nombre del usuario:
Contraseña p/este sitio:


¿olvidó su contraseña?
¿olvidó su usuario?
No es un estudiante aún
LAS VOCES DE NAVIDAD
Lectura: Mt. 2:1-20
Por más de 7 siglos la voz profética de la Palabra de Dios había preservado el misterioso nacimiento del Niño Rey, y por un periodo de 400 años de silencio Dios estaba preparando la majestuosa venida del Mesías, aquel Niño Rey que el cumplimiento del tiempo iba a irrumpir en la historia y a entrar en el escenario del mundo, nacido de mujer y nacido bajo la ley. Pero, ¿Por qué, las voces de la Navidad? Porque Navidad es una noche donde se oyen muchas voces. Es una noche donde se irrumpen voces de recuerdos, mezclado con un sentimiento que se torna la mayoría de las veces en resentimientos y reproches contra Dios. Estos recuerdos hacen que perdamos la perspectiva del muy mencionado gozo de esos días y los significados que hay detrás de la Navidad de Jesús. Son las voces que revelan la condición y el corazón del hombre sin Cristo, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
En aquella noche de Navidad cuando Jesús nació en Belén de Judea, se escucharon muchas voces como las que escuchamos en nuestras Navidades de estos días. Pero, ¿qué voces se escuchó en aquella Navidad cuando Jesús nació en Belén? La voz de:

IV. La Angustia de las Madres de Belén. (v.16-18)
La angustia del corazón de las madres de Belén, trata de aquellas madres y padres que lloran y lamentan la muerte de sus hijos inocentes. En aquella Navidad todo el pueblo de Belén se había enlutado de dolor y de tristeza, de amargura y de angustia cuando el implacable y malvado Herodes mandó a matar a todos los niños menores de 2 años en toda Belén y sus alrededores. Aquella noche se podía oír las voces de angustia por todo el pueblo de Belén.
Herodes pensaba que matando a todos los niños varones iba a impedir la venida del Rey enviado de Dios. Este acto de crueldad y de odio revela cómo el cielo y el infierno fueron conmovidos por la venida del Mesías. La luz y las tinieblas fueron confrontadas en aquella Navidad. La voz de la Palabra profética del clamor de Raquel en Ramá (Jer. 31:15), cobra realidad en la voz del clamor de las madres de Belén, que lloran y gimen en profunda angustia por la pérdida de sus hijos. Esto revela la angustia de una Navidad que se tiñó de sangre y de dolor, de tristeza y una angustia cual nunca la hubo en toda Belén.
Esta angustia me recuerda a la angustia de la pequeña familia de Eduardo Curiel. Él había regresado a su casa y cuando abrió la puerta percibió un silencio y una soledad que nunca había tenido. Por un tiempo se quedó recostado a la puerta, paseando su mirada por todas esas cosas familiares que le recordaban a su esposa tan amada. Eduardo regresaba de la morgue donde había dejado el último despojo de su esposa de apenas 28 años de edad muerta en un accidente. El corazón le punzaba horriblemente y la voluntas se hacia fuerte para sobrellevar la tremenda angustia de su corazón. Su tres hijitos Eduardo, Estela y Esteban lo contemplaban. De repente más pequeña le pregunta ¿Papá, cuando va a venir Mamá? Estas palabras destrozaron aun más su corazón que estalló en llanto convulsivo y arrojándose al piso no podía más. Pero Eduardo levantó sus ojos y contempló un texto Bíblico colgado en la pared de la sala; un texto del Salmo 50 que dice así: “Invócame en el día de la angustia, te libraré y tú me honrarás” Este era el día de angustia para Eduardo y sus hijos. La joven madre estaba allá, en la morgue, destrozada. Los hijos estaban asustados y tristes; él, con el alma desecha. Pero este era el día de angustia para la pequeña familia, pero también era el día de Dios, así como el día en que Jesucristo nació en Belén para traer paz y salvación a aquellas madres desconsoladas y sin esperanza.
Puede que en esta Navidad usted pase por alguna angustia ¿cuál angustia? Cualquier angustia, como la ausencia de un ser querido o de una enfermedad. Muchas angustias tiene reservada la vida para los hombres y mujeres, de las cuales muchas veces no estamos lo suficientemente preparados como para soportar el dolor y el su sufrimiento. Pero si creemos en Jesucristo y le confiamos a Él nuestras vidas, cuando llegue la angustia, cualquier angustia, será también el día de la oportunidad de Jesucristo. El Señor Jesús vino a traer consolación a un pueblo agobiado por sus pecados.

V. El Arrepentido de corazón (Ro. 10:9-13,1 7).
El pasaje no lo dice pero no hay duda de que en esta Navidad el Señor espera de aquellos que están abatidos y deprimidos, sin esperanza y sin Dios en el mundo, que levanten sus voces en arrepentimiento y confesión de sus pecados. Quizás esta sea la voz que más desea escuchar Dios en estas fiestas. La Biblia dice: “Si oyeres hoy sus voz, No endurezcáis vuestros corazones” (He. 2:7). Es la voz del corazón arrepentido que viene a Dios en sincera confesión de sus pecados. Navidad es una noche para recapacitar sobre nuestro corazón y en arrepentimiento y confesión, buscar el perdón eterno de Dios lleno de gracia y misericordia. Navidad es una noche para reconocer nuestros fracasos y nuestra frustraciones, ante los hermanos y ante nuestros hijos o, quizás ante Dios por sobre todas las cosas.
Pero tengo que decir que hay dos clases de personas: Los que se Arrepienten sinceramente, y los que se Lamentan por su pecado. Judas, es un clásico ejemplo de aquellas personas que se lamentan pero que no mostró arrepentimiento cuando traicionó a Jesús. En cambio, Pedro tras haber negado al Señor tres veces, salió corriendo y se arrepintió llorando amargamente por el mal que había cometido. Quizás alguien tenga que arrepentirse por malas decisiones que ha tomado a lo largo de este año. Los magos volvieron por otro camino (v.12). Quizás Dios quiere que en esta noche Navidad vuelvas con otro corazón a tu casa, o que en esta Navidad empieces el año con otro corazón. La Biblia dice: “que al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios” El corazón al cual Dios más escucha es aquel corazón contrito y humillado. Él esta lejos de aquellos corazones orgullosos y tercos, que nunca están dispuestos a reconocer sus errores y sus pecados.
En Jeremías puedes leer lo que Dios dice acerca del corazón (32: 39-41). ¿Cómo está tu corazón delante de Dios? Si tendrías que cambiar cosas de tu corazón, que cambiarías? Qué cosas ensancharías en tu corazón?. Realmente no se lo que pasa por tu corazón, pero lo que si se, es que después de haber escuchado la Palabra de Dios no podemos seguir con el mismo corazón ni por el mismo camino. La Biblia dice: “sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón porque del mana la vida”
(Pr. 4:23). En estos días de Navidad, quizás haya alguien que le gustaría tener otro corazón. Un corazón libre de angustia y de amargura pero no sabe cómo. La Biblia dice que el que está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron ha aquí todas son hechas nuevas. (2 Co. 5:17). Solamente Cristo puede darte un corazón nuevo, pero es necesario tener un corazón arrepentido y en confesión de nuestros pecados a Dios.




Escrito por:   Pastor Alfonso Rojas    Fecha de publicación  12/24/2019 9:55 AM
Número de visitantes  1559


Próximo: UN NIÑO Y UN HIJO
Login                                                                                           Herramientas bíblicas   Derechos de autor   Privacidad