El miércoles 15 de agosto de 2007 a las 18:41, hora local, un fuerte sismo de 7,9 grados, con epicentro en Pisco, sacudió las costas de Perú, dejando sin vida a centenares de personas, hiriendo de gravedad a otras tantas. La mayoría de las fatalidades se registraron en la provincia de Ica, a unos 265 kilómetros de Lima, donde también hubo daños.
En este momento, más que nunca, el pueblo peruano necesita nuestras oraciones. Sólo el amor y la compasión de Dios puede traer calma a los corazones turbados y estremecidos, ya que Cristo es el príncipe de Paz y nuestro Dios, el Dios de toda consolación y, sobre todas las cosas, soberano.
Lamentaciones 3:32 dice, “…si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias.”
Dios es el creador y sustentador de todas las cosas y no debemos olvidar que esta es su creación y está en control de todo. También debemos recordar que, dado a sus atributos, Dios está en todo lugar, atento a nuestras necesidades, tal como lo expresa el salmista, “Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos. …Claman los justos, y Jehová oye, Y los libra de todas sus angustias. Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu.”
Oremos para que el Señor obre en los corazones de cada uno de los afectados por esta tragedia, trayendo consuelo y paz, y que muchos lleguen a conocer al Dios de toda salvación.