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Los propósitos de la Tentación - Tercera Parte

Pero el propósito de Dios es refinar, en tanto que Satanás o nuestra naturaleza de pecado trata de impedirlo a toda costa. Antes de concluir esta discusión sobre los propósitos de « prueba» en la tentación, según se expresa en 1 Pedro 1 :6, 7, vale la pena notar que en medio de tales tribulaciones el creyente puede legítimamente hallarse en gran turbación o pena por causa de la prueba. Nunca pierde su gozo de fondo por su seguridad en su condición espiritual (  1 P. 1:3-6a), pero si puede ser enturbiado el gozo por la pena del momento. Pensar que el gozo y la preocupación no pueden ir juntos constituye un concepto irreal de la espiritualidad. A la verdad, no es bíblico.
Un segundo propósito por el que Dios puede traer la prueba a la vida de un creyente es para enseñarle ciertas cosas que de otro modo no podría aprender. Por esa razón Pedro nos exhorta a no sorprendernos, incluso en el fuego de prueba, ya que nuestro Señor también sufrió en los días de su carne (1 P. 4:12, 13). ¿Qué hizo el sufrimiento para el perfecto Dios-hombre? Las Escrituras dicen que aprendió la obediencia por medio de las cosas que sufrió (He. 5:8). Así que las pruebas y las tribulaciones deben enseñar al creyente la obediencia a Dios y a su voluntad.
Las tentaciones pueden también usarse para aumentar nuestro amor para Dios. « Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman» (Stg. 1 : 12). Las pruebas deben enseñamos, además, el aguante paciente como les ocurrió a las iglesias primitivas (Ap. 2:3, 13). Las pruebas también nos hacen confiar más en Dios, aprendiendo la dependencia de Él en maneras que quizás no hubiéramos conocido de otra manera. Estas pueden presentarse en forma de oposición a la postura que uno adopta por Cristo (2 Co. 1 :8-10), o a veces en la naturaleza de una aflicción física (2 Co. 1 2:7-9). Son necesarias estas lecciones que las tentaciones pueden enseñamos (obediencia, amor, paciencia, dependencia) para completar nuestra madurez en la vida cristiana.
Las muchas tentaciones enseñan muchas lecciones. Pero, como ocurre en todas las tentaciones, en una prueba que Dios propuso para enseñarnos algo, podemos fallar y se pierde la lección. En ese caso, la única solución es confesar el pecado, reponerse uno, aprender la lección de la debilidad de la carne, y apoyarse más aún en el poder de Dios.
Usted dirá, sin embargo, ¿no son tan grandes los riesgos que sería mejor que Dios eliminara las tentaciones de nuestras vidas? La contestación es no, porque la prueba es el camino de la aprobación y el crecimiento en nuestras vidas cristianas. Para aprobar se necesita probar, y el crecimiento es más rápido frente a la oposición. Los grandes resultados comprenden grandes riesgos. Las pruebas son los medios que Dios tiene para ofrecernos oportunidades de ser aprobados y de crecer; son el medio de derrotar a Satanás. El rumbo que tomemos depende en gran manera de nosotros mismos.
Estudie profundamente y bíblicamente sobre el tema de la Tentación en el curso Equilibrio en la Vida Cristiana, disponible en el Ciclo de Vida y Hogar Cristiano.

Escrito por:   C. Ryrie - Equilibrio en la Vida Cristiana    Fecha de publicación  7/5/2011 4:17 PM
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