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Un ministerio unido

Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió al Señor.Llegó la noticia de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén; y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía. Este, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor. Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor. Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquía.Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente...Hch. 11:21-26.

En todo ministerio hay, por lo menos, tres cosas fundamentales que producen una atmósfera de gozosa cooperación. Ellas son: los objetivos, las personas y los lugares.
Primero: Lo que Dios planifica, Él lo lleva adelante. Eso tiene que ver con los objetivos del ministerio. No hay nada malo en tener una declaración de misión claramente definida que dé dirección y propósito a la visión de un ministerio. En realidad, todo está bien con esto siempre y cuando sea el Señor quien dé la orientación. El plan de Dios se revela de maneras que confunden a la sabiduría humana, y que a veces desafían el sentido común. Pero es su plan. Los objetivos son fundamentales cuando son sus objetivos, no los nuestros.
Segundo: A quien Dios elige, Él lo utiliza. Eso tiene que ver con las personas del ministerio. Y debo apresurarme a añadir que las personas que Dios elige jamás son perfectas. Eso nos incluye a usted y a mí. De hecho, demostramos ser más útiles al Señor cuando aceptamos esta realidad y confiamos en Él con todas nuestras imperfecciones.
Tercero: A donde Dios elige, Él envía. Eso tiene que ver con los lugares del ministerio. A mí me gustaría que Él enviara a todos los grandes a mi iglesia. Y también quisiera que ninguno de ellos se marchara. Pero ese deseo está basado en mi limitada perspectiva humana. Yo nunca hice esta oración, pero he tenido la tentación de hacerla: “Señor, envíanos sólo a los grandes y talentosos mantenlos aquí para siempre. No te los lleves a ninguna otra parte”. (¡Como no soy perfecto, soy capaz de decir unas cuantas oraciones egoístas!) Sin embargo, el plan de Dios incluye sacar a personas muy talentosas de entre nosotros y enviarlas a otras partes. Los caminos del Señor no son nuestros caminos. Sus lugares no son los lugares que a nosotros nos gustaría ir por nuestra propia cuenta. Pero nada de eso importa. Lo único que importa es esto: Dios envía a las personas que Él escoge, a los lugares que Él escoge. Cuanto más rápidamente aceptemos esa verdad, más contentamiento tendremos.  Un ministerio unido es siempre una aventura. Implica aceptar cambios.  Involucra mantener flexibilidad. Significa caminar con Dios a través de circunstancias sorprendentes que Él ha dispuesto. Bernabé necesitaba ayuda. El trabajo era demasiado para un hombre con muchos talentos, pero limitado. Saulo se puso en la brecha, y juntos revolucionaron a Antioquía para Cristo.

Escrito por:   Charles R. Swindoll    Fecha de publicación  9/29/2011 9:12 AM
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