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Capítulo 6

Soteriología - La Doctrina de la Salvación

 

SOTERIOLOGIA

I. Arrepentimiento.
A. Citas bíblicas.
B. Explicación.
C. Manifestación.
D. Condición.
E. Definición.

II. Fe.
A. Citas bíblicas.
B. Explicación.
C. Donación.
D. Centralización
E. Producción.

III. Regeneración.
A. Citas bíblicas.
B. Explicación.
C. Necesidad.
D. Condición.

IV. Justificación.
A. Citas bíblicas.
B. Explicación.
C. Condición.
D. Ilustración.
E. Manifestación.

V. Santificación.
A. Citas bíblicas.
B. Explicación.
C. Condición.
D. Definición.

VI. Adopción.
A. Citas bíblicas.
B. Explicación.
C. Originación.
D. Consumación.
E. Manifestación.

VII. Redención.
A. Citas bíblicas.
B. Explicación.

VIII. Oración.
A. Afirmación.
B. Delineación.
C. Explicación.
D. Estimulación.
E. Ilustración.
F. Regulación.
G. Condición.
H. Limitación.
I. Mediación.

Capitulo VI

SOTERIOLOGIA

Soteriología es la Doctrina de la Salvación.

I. ARREPENTIMIENTO

A. Citas bíblicas.

“En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (Mat. 3:1, 2).  Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (Mat. 4: 17).  Pablo testifico “testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo.” (Hechos 20:21).  “Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.” (Ap. 3:19).  Ver también Marcos 6:12; Lucas 24:47; Hechos 2:38; 11:18; 26:20; II Pedo 3:9.

Para aquellos que dicen que el arrepentimiento no debe ser predicado hoy, y que no es esencial para la salvación, apuntamos que el arrepentimiento fue predicado por Juan el Bautista, el Señor Jesucristo, y el apóstol Pablo. El arrepentimiento fue proclamado antes de Pentecostés, en Pentecostés, y después de Pentecostés.  “Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.” (Lucas 13:5).

B. Explicación.

1. No es simple reforma.  Arrepentimiento es totalmente un acto interno de la mente.  Para muchos significa volverse de sus pecados, pero si fuera así, seria reformación o reforma.  Arrepentimiento no es hacer algo, como un hecho, porque ningún hombre es salvo por hacer algo.  Un hombre puede volverse de sus pecados y todavía no ser un cristiano.

2. No es contrición.  Queremos decir con esto que el arrepentimiento no es una agonía del alma por el pecado.  Muchas personas encarceladas están tristes.  ¿Todos están tristes por los crímenes que cometieron?  No. Muchos están tristes porque fueron apresados.  Creemos, de todos modos, que en un caso genuino de arrepentimiento, el pecador estará triste por su pecado.  La tristeza por el pecado no es arrepentimiento, pero puede  llevar al arrepentimiento.  “Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte. ” (II Cor. 7:10).

3. No es Penitencia.  Penitencia es una expresión de tristeza (por algún hecho) que se hace para pagar por el pecado; es algo como un juicio.

4. Es un cambio de mente.  El sentido literal de la palabra arrepentimiento es “pensamiento posterior” o “reconsideración.”  Por “cambio de mente” no queremos significar un “cambio de opinión”; un “cambio de mente” es la sustitución de una vieja mente por una nueva.  Es nueva en carácter.  Verdadero arrepentimiento es un cambio de mente que conducirá a un cambio de acción, pero déjeme aclararle que es posible un cambio de acción sin un cambio de mente.  Un buen ejemplo de arrepentimiento encontramos en  Mateo 21:28, 29:
“Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, vé hoy a trabajar en mi viña.  Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue.”

Antes de que alguien pueda ser salvo debe haber arrepentimiento.  Debe haber un cambio de mente sobre muchas cosas: pecado, ego, Dios y Jesucristo. 
que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, ” (II Tim. 2:25).

Arrepentimiento es poner sus pensamientos del lado de Dios.  Arrepentimiento es autojuzgarse.

C. Manifestación.

1. Cambio en el intelecto.

2. Cambio  de sentimientos.

3. Cambio  de voluntad.

4. Cambio  de acción.

D. Condición.

1. Por medio de la bondad de Dios.  “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” (Rom. 2:4).  Ver también II Pedro 3:9.

2. Por medio del evangelio de Dios.  “Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?  Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo . . . Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.” (Hechos 2:37, 38, 41).

3. Por medio de la enseñanza Escritural.  “Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido;
2:25 que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad,”  (II Tim. 2:24, 25).

4. Por medio de la disciplina de Dios.  “Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.” (Ap. 2:16).  Ver también Apocalipsis 2:5; 3:3; Hebreos 12:6-11.

E. Definición.

El arrepentimiento es una obra de Dios que resulta en un cambio de mente en lo referido a la relación del hombre con Dios.  No es ni tristeza ni penitencia, aunque la tristeza penitente puede llevar a un cambio de mente.  El arrepentimiento es siempre un elemento de la fe salvadora.

II. FE

A. Citas bíblicas.

“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” (Rom. 1:17).  “Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.” (Rom. 3:28).  Ver también Mateo 9:22; Hechos 26:18; Romanos 4:5; II Corintios 5:7; Efesios 2:8; Hebreos 11:6; Santiago 5:15; I Pedro 1:5.

B. Explicación.

Una buena definición de fe es: confianza en otros; Dependencia sobre un testimonio.  La verdadera fe está compuesta por los siguientes elementos:

1. Conocimiento.  Uno debe estar informado antes de poder tener fe.  Esto es cierto tanto en las cosas de los hombres, como en las cosas de Cristo.  Es imposible tener fe en Cristo sin conocerle por la Palabra.  “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” (Rom. 10:17).  A veces podemos pedir más fe, pero ese pedido no tiene lugar.  Para incrementar nuestra fe, tenemos que leer más la Palabra de Dios.   Antes de que una persona pueda tener fe, debe conocer que existe.

2. Creencia.  El segundo elemento de la fe es la creencia.  Toda persona sabe lo que eso significa, eso es, aceptarlo como la verdad.  Las personas pueden saber que hay un salvador por el nombre de Jesús, y creer que El puede salvar. Aun así, esto no es fe salvadora.  Para tener fe en una silla, uno debe saber que existe, y creer que puede sostenerlo.  Todavía eso no es fe completa en la silla, hasta que el tercer elemento se involucra, y eso es:

3. Confianza.   Una cosa es saber que Cristo murió, y creerlo; otra cosa es confiar en El, el Salvador muerto y resucitado, para salvación personal.  Tomemos la silla de nuevo por ejemplo: Uno puede saber que la silla existe, y creer que puede sostenerlo, pero la fe no es ejercida hasta que se siente en ella.  ¿Está usted confiando completamente en Cristo para su salvación?

4. Reposo.  Esto significa completo reposo en Cristo.  Cuando alguien se acuesta sobre una cama, se relaja y descansa.  Cuando ponemos nuestra confianza en Cristo, deberíamos relajarnos y descansar en El.

C. Donación.

1. De Dios el Padre.  “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.” (Rom. 12:3).

2. De Dios el Hijo.  “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” (Heb. 12:2).

3. De Dios el Espíritu Santo.   “Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.” (I Cor. 12:8, 9).

D. Centralización.

El objeto de fe es Cristo, y sólo El.

E. Producción.

El fin de la fe es la salvación.  “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” (Ef. 2:8, 9).

III. REGENERACION

A. Citas bíblicas.

“Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. . . Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” (Juan 3:3, 5).  Nosotros somos  renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.” (I Pedro 1:23).  Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.  (I Juan 3:9).  Ver también I Juan 2:29; 5:4, 18.

B. Explicación.


1. No es una Reforma.  Algunas personas piensan que por dar vuelta una nueva hoja uno llega a ser un hijo de Dios.  Algunas personas dejan de beber por problemas del corazón, no porque saben que es pecado contra Dios.  Aunque pudiese cesar de cometer todo pecado; aun así no sería regeneración.

2. No es Conversión.  Muchas vece hablamos de regeneración como conversión, pero, en realidad, “conversión” significa volverse.  La persona salva puede convertirse (volverse) aun después de ser salvo, como por ejemplo Pedro.

3. No es  Confirmación. Algunas iglesias, mientras administran cierto ritual eclesiástico, afirman que los participantes (comúnmente niños de 12 o 13 años de edad) reciben el Espíritu Santo con la unción de aceite.  Esta es una falsa doctrina.  Uno no recibe el Espíritu Santo por el procedimiento de un hombre, sino por recibir a Cristo como salvador personal.

4. No es por agua bautismal.  No hay fe salvadora en toda el agua del mundo.  Alguien puede preguntar, entonces, “¿por qué debemos ser bautizados?”  Porque aspiramos a una buena conciencia delante de Dios (I Pedro 3:21b).  Es una ordenanza que nos identifica públicamente con la muerte, la sepultura y resurrección de Cristo, y nada más.

5. No es membresía en alguna iglesia.  Se nos amonesta en Hebreos10:25 para no dejar de reunirnos como algunos ya lo tienen por costumbre.  De todos modos, esto no trae cambio en el corazón del pecador.  Recuerda, la palabra “iglesia” significa  “asamblea de llamados afuera.” Pero convocar una asamblea humana no puede dar salvación.  Algunos creen que la iglesia  salva.  Pero, acaso hay alguna asamblea en la tierra que pueda dar salvación? Puede una compañía de llamados afuera hacer a una persona hijo de Dios? No.  No existe asamblea alguna a la cual le podamos confiar la salvación de nuestra alma.

6. No es tomar la Cena del Señor.  No hay eficacia salvadora, o limpieza de pecados, en participar de los elementos de la Cena del Señor.  La Cena del Señor se toma  solo en memoria de Cristo y su obra en el Calvario. Y debemos hacerlo, en memoria de El, hasta que El vuelva.

7. Es un Nuevo Nacimiento.  “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (II Cor. 5:17).  “Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él.”  (I Juan 2:29).

C. Confrontación.

Cada persona  debe nacer de nuevo.  Es una necesidad declarada por el Señor mismo.

1. En vista a la depravación del hombre.  “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.” (Juan 3:6).  Las palabras,  “debes nacer de nuevo,” pueden ser mejor traducidas como, “debes nacer de lo alto.”  El hombre debe nacer de lo alto si ha de vivir algún día arriba en los cielos.

2. En vista a la necesidad universal del hombre.  No hay ningún hombre en ningún lugar que no necesite nacer de nuevo.  “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,” (Rom. 3:23).

3. En vista a la Santidad de Dios.  Si alguien va a ser recibido por Dios y va a se hecho un hijo de Dios por el Justo y Santo Dios, un gran cambio debe tener lugar para hacer a ese individuo santo.  “porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.” (I Pedro 1:16).

D. Condición.

1. La obra de Dios.  El proceso para llegar a ser un hijo de Dios no es por una regeneración natural.  El hombre no se puede regenerar a si mismo.  No es asunto de la voluntad humana, sino de Dios.  “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” (Juan 1:12, 13).  Hablando en forma práctica, nosotros no tuvimos nada que ver con nuestro primer nacimiento, y no tenemos nada que ver con este nuevo nacimiento.

2. El elemento humano.  Mientras que es Dios quien regenera al pecador que cree, hay un rol que le corresponde al hombre; ¡él debe creer!  “Por gracia sois salvos”;  Sí, pero “por medio de la fe.”  “Nadie va al Padre sino por mí.”  Sí, Jesús es el camino, pero el pecador debe venir con fe.  El pecador debe recibir a Cristo por su propia fe.  Esta es la parte humana. Dios hace el resto.

IV. JUSTIFICACION

A. Citas bíblicas.

"Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,” (Rom. 3:24).  “sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.” (Rom. 4:24,25).  “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; ” (Rom. 5:1).  “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.” (I Cor. 6:11).  Ver también Romanos 3:26; 5:9; Galatas 2:16, 17; Tito 3:7.

B. Explicación.

Justificar es “reconocer, declarar justo, o mostrar justo a alguien.”  Justificar no significa "hacer justo".  Dios declara al pecador que cree como "justo".  No lo hace justo. Justificación es un término legal.

En las cortes humanas, la ley está por encima del Juez.  Si el Juez es honesto y justo, él no puede mostrar misericordia.  El debe declarar a la persona inocente o culpable, de acuerdo a la ley.  En la corte de la ley de Dios, el hombre culpable, es traído ante el estrado del juicio de Dios y puede ser declarado no culpable.  Dios esta por encima de su Ley.

En las cortes humanas, una persona culpable podría ser perdonada, el crimen podría ser perdonado pero no pagado.  En la corte de Dios no es así.  Todos los pecados deben ser pagados por el castigo del pecador.  Tres cosas son incorporadas  en la justificación de Dios.

1. Perdón.  “Mas aquel a quien Dios levantó, no vio corrupción. Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados, y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree.” (Hechos 13:37-39).

Otro ha pagado por lo pecados de este pecador, su sustituto, el Señor Jesucristo.  Dios nunca perdona a un pecador aparte de su perdón en Cristo.

2. Imputación.  Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad,  Y en cuyo espíritu no hay engaño.” (Sal. 32:2).  Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.” (Rom. 4:8).  “Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado.” (Rom. 5:13).

Imputación significa “poner algo a cuenta de.”  Por lo tanto, la justicia de Cristo es puesta a cuenta de los pecadores que creen en El.  Todos los pecados de los creyentes fueron puestos a cuenta de Cristo,  El pagó por todos ellos.  En cambio, Su justicia fue puesta a cuenta de los creyentes, y ellos fueron declarados justos, al momento de creer en Cristo.

3. Comunión.  “un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.” (Ef. 4:6).  Esta es la comunión de Dios y el creyente como padre e hijo.  Recuerda, Dios es Padre solamente de sus hijos, no de los inconversos.

C. Condición.

1. Negativa.
a. No por obras.  “Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.” (Rom. 4:4, 5).  Ver también Romanos 11:6.
b. No por las obras de la Ley.  “Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;” (Gal. 3:11).  Ver también  Romanos 3:20; Galatas 2:16.

2. Positiva.
a. Por Dios.  Con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.” (Rom. 3:26).  Ver también Romanos 8:33.
b. Por Gracia.  “Para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.” (Tito 3:7).  Ver también  Romanos 3:24.
c. Por Sangre.  “Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.” (Rom. 5:9).  Ver también Romanos 3:24, 25.
d. Por Fe.  “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; ” (Rom. 5:1).
e. Por Resurrección.  "sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.” (Rom. 4:24, 25).

D. Ilustración.

1. Abraham (Rom. 4:1-5).

2. David (Rom. 4:6-8).

3. Noé (Heb. 11:7).

E. Manifestación.

1. En obras.  “¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.” (Santiago 2:21-23).  La gratitud es la evidencia de la salvación, y se manifiesta en buenas obras.  Muchas veces las buenas obras son muy, muy débiles, pero Dios acepta la buena voluntad que esta detrás de ellas.

2. En experiencia.  “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.  Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.”  (Rom. 5:1-5).

V. SANTIFICACION

Esta es una fase de la salvación que se confunde mucho hoy en día.  El estudiante de la Biblia se sorprenderá de lo que Dios dice acerca de la santificación.  Mucho se dice acerca de la experiencia, y creemos en la experiencia; pero seamos cuidadosos y dejemos que la Palabra de Dios interprete nuestra experiencia, en vez de que nuestra experiencia interprete la Palabra de Dios.

A. Citas bíblicas.

“pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación;. . . Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.” (I Tes. 4:3, 7).  “a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro:” (I Cor. 1:2).  “Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, ” (Heb. 2:11).  “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. ” (Heb. 12:14).  Ver también I Pedro 1:2; Juan 17:17; Éxodo 13:2; Jeremías 2:3; Efesios 1:1.  Las palabras “santificación, santidad, y santos” provienen todas de la misma raíz.

B. Explicación.

1. No es mejoramiento de la carne.  Nunca se dice en la Escritura que la obra del Espíritu Santo sea mejorar la vieja naturaleza.  El hombre natural no puede entender al Espíritu Santo.  ¿Cómo podría el hombre natural ser mejorado por el Espíritu Santo?  Es duro decirlo, sin embargo, es cierto, la carne del creyente no es mejor que la carne de un inconverso.  La Escritura dice, “Haced pues morir las obras de la carne.”

2. No es erradicación de la naturaleza pecaminosa.  Están aquellos que sostienen que un creyente puede tener una experiencia de purificación que quemará toda su carnalidad, dejándole sin pecado, y sin la capacidad de cometer pecado.  Nosotros prevenimos al creyente para que compruebe su experiencia por la Palabra de Dios, en vez de tratar de probar la Palabra de Dios por su experiencia.  Aunque el Antiguo Testamento fue escrito en Hebreo, y el Nuevo Testamento fue escrito en Griego, las palabras  “santificación,” “santidad,” y “santos” todas tienen la misma raíz de significado.

Para aquellos que sostienen que la santificación es una experiencia por la cual la naturaleza pecaminosa es erradicada, necesitamos volver a la Palabra de Dios y ver como el concepto de santificación es usado:  “Ungirás también el altar del holocausto y todos sus utensilios; y santificarás el altar, y será un altar santísimo.” (Ex. 40:10).  ¿Dónde está la erradicación aquí?  ¿Acaso tenía el altar naturaleza pecaminosa?  Aquí tenemos otro ejemplo: “Moisés dijo a Jehová: El pueblo no podrá subir al monte Sinaí, porque tú nos has mandado diciendo: Señala límites al monte, y santifícalo.” (Ex. 19:23).  ¿Tenía el Monte Sinaí naturaleza pecaminosa?   “Y también que se santifiquen los sacerdotes que se acercan a Jehová, para que Jehová no haga en ellos estrago. ” (Ex. 19:22).  ¿Cómo podían estos sacerdotes erradicar sus propias naturalezas pecaminosas?   “¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?” (Juan 10:36).  Aquí Cristo mismo habla de haber sido santificado.  ¡Y no hay naturaleza pecaminosa aquí!  “Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.” (Juan 17:19).  ¿Significa esto erradicación de la naturaleza pecaminosa?  Por supuesto que no.  Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos.” (I Cor. 7:14).  Es posible que esposas creyentes puedan erradicar las naturalezas pecaminosas de sus esposos inconversos?  Si santificación significa erradicación de la naturaleza pecaminosa, necesitamos una explicación para el siguiente texto:  sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; ” (I Pedro 3:15).  Cristianos carnales son santificados; eso no habla de erradicación de naturaleza pecaminosa (I Cor. 1:1, 2 con 3:1, 3).

3. No es santurronería.  Santificación no es una devoción hipócrita ni fingida.  Santificación no está marcada por el recorte de la barba, o el uso de medias negras, y cosas por el estilo.

4. No es una segunda bendición.   En II Corintios 1:15 Pablo habla de su confianza de ir a la iglesia en Corinto para compartirles un segundo beneficio, no una segunda bendición.  Esta epístola fue escrita a personas que ya estaban santificadas (I Cor. 1:2 y 6:11).

5. Es “ser puestos Aparte.”   La idea de la raíz de la palabra siempre significa “ser puesto aparte,” o “separación.”  Santificar siempre significa poner aparte con un propósito, ya sea respecto a un elemento, un santo o un pecador.  El hombre no salvo puede separarse, o santificarse a si mismo al pecado.  “Los que se santifican y los que se purifican en los huertos, unos tras otros, los que comen carne de cerdo y abominación y ratón, juntamente serán talados, dice Jehová.(Is. 66:17).  Jesús se santificó a si mismo; pero decir que El erradicó su naturaleza pecaminosa es una blasfemia.  El sábado fue santificado, y nosotros sabemos que el sábado no tiene naturaleza pecaminosa.

Otra vez enfatizamos que las palabras “santidad,” “santificación,” y “santo” todas provienen de la misma raíz que significa “poner aparte,” “separación.”  La palabra  “santificar” en Éxodo 13:2, y la palabra “santidad” en Salmo 29:2, y la palabra “santos” del Salmo 34:9 son la misma palabra.  La palabra  “santificar” de Juan 17:17, y la palabra  “santo” de Filipenses 1:1, y la palabra “santidad” de Hebreos 12:10 son todas las mismas palabras.

Ahora bien, la Santificación, ser puesto aparte, se expresa de 3 maneras:


a. Posicional.  “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.” (I Cor. 6:11).  Somos santificados al momento de creer.   “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, ” (II Tes. 2:13).  La Santificación posicional está primera en orden, absolutamente.   Dios nunca nos desafía a trabajar por una posición; El primero nos coloca en una posición, nos aparta para El, y nos asegura esa posición.  Un santo verdaderamente es un hombre de Dios.

b. Práctica.  “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. ” (II Cor. 7:1).  “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.”  (II Pedro 3:18).

Ese es nuestro presente estado de santificación.  Un santo nunca crece a santificación, sino que crece en santificación.  Cada creyente es un santo; de todos modos, algunos creyentes no proceden como santos.  El creyente todavía tiene la carne en El y a veces le obedece.  Entonces Dios, por Cristo Jesús, por medio del Espíritu Santo, trae disciplina.  Ver Juan 17:17; I Tesalonicenses 4:3; Hebreos 12:10; II Corintios 3:18.

c. Postrera.  La santificación completa y perfecta ocurrirá en el futuro, a la segunda venida de Cristo.  “Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros, para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.” (I Tes. 3:12, 13).

C. Condición.

1. Del lado divino.
a. A través de Dios el Padre. 
“Conságrame todo primogénito. Cualquiera que abre matriz entre los hijos de Israel, así de los hombres como de los animales, mío es.” (Ex. 13:2).
b. A través de Dios el Hijo.  “Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta.” (Heb. 13:12).
c. A través de Dios el Espíritu Santo.  “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, ” (II Tes. 2:13).

2. Del lado humano.
a. Por la Fe en la obra redentora de Jesucristo.  “Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; ” (I Cor. 1:30).
b. Por el Estudio de y obediencia a, la Palabra de Dios.  “Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.” (Juan 15:3).
c. Por presentar a disposición nuestros cuerpos.  
Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.” (Rom. 6:19).
d. Por medio de disciplina.  Porque el Señor al que ama, disciplina,
Y azota a todo el que recibe por hijo...Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.” (Heb. 12:6, 11).

D. Definición.

1. Santificación es la obra de Dios por el creyente, poniéndolo aparte para Dios.

2. Santificación es la obra de Dios en el creyente, por medio del Espíritu y la Palabra, transformándolo a la imagen de Cristo progresivamente.

3. Santificación es la obra de Dios por la cual perfeccionara al creyente a la imagen de Cristo al tiempo de su regreso en gloria.

VI. ADOPCION

A. Citas bíblicas.

“y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo."  (Rom. 8:23).  Además hay otros 4 lugares en el Nuevo Testamento donde la palabra “adopción” se menciona: Romanos 8:15; 9:4; Galatas 4:4, 5; Efesios 1:5.

B. Explicación.

La palabra  “adopción” en nuestra sociedad tiene un significado enteramente distinto al del mundo griego de aquellos días.  En nuestros días significa tomar una persona de otra familia y hacerla legalmente nuestro propio hijo o hija.  La palabra griega significa  “colocar como hijo.”

En los tiempos del Nuevo Testamento, cuando un niño o niña era menor, él o ella diferían poco de un esclavo (Gal. 4:1).  Pero al día señalado por el padre, entre los doce y catorce años, se tenía una celebración declarándole hijo de edad.  El niño o niña habían nacido en la familia como hijos; pero al alcanzar mayoría de edad, ese niño o niña eran declarados hijos en posición de mayores.  Lo mismo es cierto en el caso del creyente.  No es adoptado a la familia de Dios; es nacido en la familia de Dios.  Por nacimiento es un hijo de Dios; por adopción será un hijo de Dios.

C. Origen.

“según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, ” (Ef. 1:4, 5).

D. Consumación.

Nosotros ya somos hijos nacidos de Dios.  “pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; ” (Gal. 3:26).  Pero seremos hijos de Dios en aquel día señalado por el Padre.  A su tiempo nos presentará abiertamente como los hijos de Dios.  No lucimos como hijos de Dios ahora, pero algún día el mundo nos reconocerá como los hijos de Dios.  Esto tendrá lugar en la segunda venida de Cristo.  “y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.”  (Rom. 8:23).

E. Manifestación.

1. Liberados de un esclavizante temor a Dios.  “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” (Rom. 8:15).

2. Poseedores de la posición de hijos.

3. Hechos sujetos a los privilegios y a las responsabilidades de los hijos adultos.

VII. REDENCION

La Biblia está llena de Redención.  Es el carácter de Dios salvar. El puede destruir, pero El ama salvar.  El gran tema de la Biblia es Jesucristo.  Y el mensaje de la Palabra es redención.

A. Citas bíblicas.

“Cuando tu hermano empobreciere, y vendiere algo de su posesión, entonces su pariente más próximo vendrá y rescatará lo que su hermano hubiere vendido...Si el forastero o el extranjero que está contigo se enriqueciere, y tu hermano que está junto a él empobreciere, y se vendiere al forastero o extranjero que está contigo, o a alguno de la familia del extranjero; después que se hubiere vendido, podrá ser rescatado; uno de sus hermanos lo rescatará.”  (Lev. 25:25, 47, 48).  “Sion será rescatada con juicio, y los convertidos de ella con justicia.” (Is. 1:27).  “en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, ” (Ef. 1:7). Ver también Nehemías 5:8; Colosenses 1:4; Galatas 3:13; I Corintios 1:30; Romanos 8:23.

B. Explicación.

Hay 4 palabras hebreas en el Antiguo Testamento que presentan la Redención, y todas significan “hacer libre.”  La palabra “goel” es usada en 2 maneras: primero, Aquel que redime; segundo, el acto de redimir.  El “goel” era siempre un pariente cercano.  Aunque la palabra “redención” significa “hacer libre,” incorpora el significado de “comprar, adquirir.”

La Redención de un hijo de Dios es por su Pariente Cercano, el Señor Jesucristo, quien tiene el precio de redención, su propia preciosa sangre.

1. La Redención declarada.
            a. Es enteramente de Dios (Juan 3:16).
            b. Es a través de una persona, Cristo  (I Pedro 1:18, 19).
            c. Es por sangre  (Heb. 9:12).
            d. Es por poder (I Cor. 1:30).

2. La Redención manifestada.  El uso de la palabra “redención” es presentado en las siguientes 3 maneras:
            a. Comprar o adquirir en un mercado de esclavos.  El Señor Jesucristo vino a este mercado de esclavos de pecado y nos compro.
            b. Adquirir y sacar del mercado.  Después de comprar un esclavo, el amo lo saca del mercado.  Estamos esperando que nuestro Amo venga y nos saque de este mercado de esclavos.
            c. Soltar o hacer libre.  El Señor Jesucristo no es un comerciante de esclavos; ni cuidador de esclavos.  Un día el Señor Jesucristo no hará libres de la esclavitud de corrupción y pecado, y conoceremos la perfecta libertad de ser los hijos de Dios.

En Israel un hombre no podía ser esclavo para siempre contra su voluntad.  Después de llegar a ser esclavo, el podía ser liberado por redención por un pariente cercano, o esperar el año Sabático o el año de Jubileo, cuando todos los esclavos eran liberados. Pero si él amaba a su amo, de todos modos, y no le interesaba ser liberado bajo ninguna circunstancia, podía ir a su amo, quien agujerearía su oreja y le haría esclavo de por vida (Ex. 21:6).  Pablo dijo que era esclavo de Jesucristo, un esclavo de por vida.  El fue comprado por sangre, y hecho esclavo por amor.  El cristiano debería tener su oreja agujereada, figurativamente hablando.  El debería reconocer que ha sido crucificado con Cristo.

VIII. Oración

La oración es el elemento esencial del carácter cristiano pero lamentablemente es una gran carencia en la mayoría de los cristianos hoy.  Una razón para esto es que la oración es malentendida.  La oración es la mayoría de las veces una idea de pedir y recibir.  Bueno, lo es; sin embargo, es mucho más.  Fallamos en ver el valor de la oración como comunión con nuestro Dios (Is. 43:21, 22; 64:6,7; Zof. 1:46; Dan. 9:13,14 con Oseas7:13, 14; 8:13, 14).

A. Afirmación.

1. Es pecado ser negligentes en la oración.  “Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros; antes os instruiré en el camino bueno y recto.” (I Sam. 12:23).

2. Esta así señalado por Dios.  “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.  Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.  ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mat. 7:7-11).

3. Es un mandamiento de Dios. 
Orad sin cesar” (I Tes. 5:17).  “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; ” (Col. 4:2 ).

4. Es necesario pedir.   “no tenéis lo que deseáis, porque no pedís” (Sant. 4:2c).

B. Delineación.

1. Abraham oró por Sodoma (Gen. 18).

2. Jacob oró su primera oración personal  (Gen. 32:9-12).  Ver otras oraciones personales (Deut. 26:1-16; Ex. 5:22).

3. Josué y los Jueces clamaron al Señor (Jos. 7:6-9; Jue. 10:14).

4. Samuel oró como intercesor  (I Sam 7:5, 12).

5. David oró con acción de gracias  (II Sam. 7).

6. Los creyentes derraman su corazón delante de Dios  (Sal. 42:4; 62:8).

C. Explicación.

1. Catecismo presbiteriano.  “Oración es el ofrecimiento de nuestros deseos a Dios, por cosas accesibles a su voluntad, en el nombre de Cristo, con confesión de nuestros pecados y agradecido reconocimiento por su  misericordia.”

2. Definición Escritural.
a. Como niño yendo al Padre.  “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!”  (Rom. 8:15).
b. Como niño clamando al Padre.  “El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga?” (Hechos 9:6).
c. Como niño deseando estar con el Padre.  “E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió.” (I Cron. 4:10).
d. Como niño pidiendo al Padre.  “Si el cielo se cerrare y no lloviere, por haber ellos pecado contra ti, y te rogaren en este lugar y confesaren tu nombre, y se volvieren del pecado, cuando los afligieres, tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enseñándoles el buen camino en que anden; y darás lluvias sobre tu tierra, la cual diste a tu pueblo por heredad.”  (I Reyes 8:35, 36).
e. Como un niño pidiendo intercesión del Padre.  “Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos;” (Ap. 5:8).  Ver también Apocalipsis 8:34.
f. Como un niño esperando en silencio delante de Dios.  El deseo de los humildes oíste, oh Jehová;
Tú dispones su corazón, y haces atento tu oído,” (Sal. 10:17).

3. Experiencia humana.  Los santos han encontrado estas verdades a través de la oración.
a. Es una mente ferviente puesta en Dios.
b. Es laboriosa la tarea  (Col. 4:12).
c. Es un asunto de emprendimiento.

D. Estimulo.

1. Abundante cantidad de testimonios de cristianos demuestra que Dios contesta oraciones.

2. Universalidad de expresiones en las Escrituras: todo aquel, todo aquello, todo tiempo.

3. Las riquezas de las promesas de Dios para las oraciones de los creyentes.

4. El acceso con confianza a través de Jesucristo.  “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.”  (Heb. 10:19-22).

5. La ayuda segura por el Espíritu Santo.  “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” (Rom. 8:26).

6. La revelación de Dios a través de Jesucristo.  “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.” (Juan 1:18).

7. El suplir sin limites de la Gracia en Cristo.  “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” (Fil. 4:19).

8. La posibilidad ilimitada de la fe.   “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.” (Marcos 9:23).

9. La abundante habilidad de Dios. 
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, ” (Ef. 3:20).

E. Ilustración.

1. Abraham Intercediendo por Sodoma (Gen. 18:22, 23; 19:29).

2. Oración del siervo de Abraham  (Gen. 24:12).

3. Oración personal de Jacob (Gen. 32:9-12).

4. Intercesión de Moisés por Israel  (Ex. 32:11-14, 30-34; Num. 14:11-21).

5. Samuel intercediendo por el rey y por el pueblo  (I Sam. 12:6-25).

6. Elías orando por fuego y agua  (I Reyes 18:25-41; Santiago 5:17, 18).

7. La oración de Nehemias por Jerusalén (Neh. 2:4).

8. La oración de Josué por discernimiento (Jos. 7:7-9).

9. La oración de Sansón por fuerzas renovadas  (Jue. 16:28).

10. La oración de Ana pidiendo un  niño  (I Sam. 1:10, 11).

11. La oración de penitencia de David (Sal. 51).

12. La oración por sabiduría de Salomón (I Reyes 3:5-9).

13. La oración de dedicación de Salomón  (I Reyes 8:25-53).

14. La oración de Jonás por su liberación  (Jonás 2).

15. La oración de alabanza de Habacuc (Hab. 3).

16. Las oraciones de intercesión de Pablo por los santos  (Ef. 1:15-23; 3:14-21; Col. 1:9-14).

17. La oración del malhechor por perdón (Lucas 23: 42, 43).

18. La oración de Esteban en sumisión  (Hechos 7:59, 60).

19. La oración por fuerzas del Señor Jesús  (Mat. 26:27-46).

20. La ultima oración de la Biblia  (Ap. 22:20).

F. Regulación.

1. La postura del cuerpo.  Hay muchas presuposiciones concernientes a la postura del cuerpo para orar.  Algunos sostienen que la oración no es oración si no se está de rodillas, creyendo de esa manera sería blasfemo orar caminando, y en situaciones similares.  Según las siguientes Escrituras no hay una regla establecida para la posición del cuerpo al orar:
a. Cristo postrado sobre su rostro.  “Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.” (Mat. 26:39).
b. Salomón de rodillas. 
Cuando acabó Salomón de hacer a Jehová toda esta oración y súplica, se levantó de estar de rodillas delante del altar de Jehová con sus manos extendidas al cielo; ” (I Reyes 8:54).
c. Pedro sobre las aguas.  “Señor, sálvame” (Mat. 14:30c).
d. El ladrón en la cruz.  “Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.”  (Lucas 23:42).
e. Elías con su cara entre sus rodillas.  “Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas. (I Reyes 18:42).
f. David en su cama.  Me he consumido a fuerza de gemir;
Todas las noches inundo de llanto mi lecho,
Riego mi cama con mis lágrimas.” (Sal. 6:6).

2. La hora para orar.  Muchos poemas se han escrito sugiriendo la hora para orar.  Sabemos que el cristiano debería seleccionar una hora que le sea la mas conveniente para estar a solas con el Señor.  Otra vez aquí no hay ninguna regulación estipulada.  Veamos los siguientes ejemplos:
a. Daniel: tres veces al día.  “Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.”  (Dan. 6:10).
b. Cristo: temprano en la mañana.  “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.”  (Marcos 1:35).
c. Pedro y Juan: a la hora de la oración (3 P.M.).  “Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración.”  (Hechos 3:1).

3. El lugar para orar.   Cual es el lugar donde Dios se encuentra con el hombre hoy en dia?   Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. . . . Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.” (Juan 4:21, 23).  Aquí también vemos que no hay ningún mandamiento definido, no se especifica ningún lugar para orar.
a. Cristo en el jardín:  “Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro.” (Mat. 26:36).
b. Cristo en el campo.  
Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud.  (Mat. 14:19).
c. Cristo en la montaña.  “En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios.”  (Lucas 6:12).
d. Pablo en un barco en el medio de la tormenta  (Hechos 27).  ¿Cuál es el lugar donde los cristianos deberían orar?  Cristo dijo, “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” (Mat. 6:6).  El aposento es cualquier lugar donde el creyente puede aislarse del mundo exterior.  Ya sea sobre un bus, caminando por la calle, o en una habitación cerrada.  Es un lugar donde el y Dios puedan estar juntos en privado.

G. Condiciones.

¿
Qué deberíamos hacer para que nuestras oraciones sean contestadas?  El cristiano es alguien que pide para recibir.  Las siguientes verdades garantizan las respuestas de oración.

1. Confianza.  “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” (Heb.11:6).

2. Insistencia.  Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.” (Lucas 11:9).  Pedid: Mateo 7:7;  buscad: Santiago 5:17;  llamad: Hechos 12:5.

3. Determinación. 
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mat. 7:11).

4. Persistencia.  “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; ” (Col. 4:2).  Ver también Lucas 18:1-8.

5. Fe.  “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.” (Marcos 11:24).

6. Sumisión. 
Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.  Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” (I Juan 5:14, 15).   Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.” (Mat. 18:19).

H. Limitación.

1. Cuando hay profanación espiritual
.  Esto sucedió en la vida Esaú.   “no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.  Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.” (Heb. 12:16, 17).  Esaú menospreció las bendiciones que tenía por derecho de nacimiento.  Las vendió a bajo costo y las perdió para siempre.  En la vida cristiana, días perdidos y oportunidades perdidas se van.  El ayer se fue para siempre.

2. Por penas judiciales.  “Háblales, por tanto, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Cualquier hombre de la casa de Israel que hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro, y viniere al profeta, yo Jehová responderé al que viniere conforme a la multitud de sus ídolos,” (Ez. 14:4).  Ver también Deuteronomio 3:25-27; Jeremías 15:1.

3. Por fallas en el proceder.  “Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí?  Di a los hijos de Israel que marchen.(Ex. 14:15).  Estemos seguros de que hay un tiempo para “detenerse y ver la salvación del Señor,” pero también hay un tiempo para marchar.

4. Por insinceridad.  “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.” (Mat. 6:5).

5. Por motivaciones carnales.  “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.”  (Sant. 4:3).

6. Por incredulidad.  “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.  No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.” (Sant. 1:6, 7).

7. Por pecado escondido.  “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad,
El Señor no me habría escuchado.”  (Sal. 66:18).

8. Por fallas al pedir.  “no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.” (Sant. 4:2c).  Algunos encuentran un conflicto entre este versículo y Mateo 6:8:  “No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.”  Cuestionan que si el Padre sabe lo que necesitamos, ¿por qué habríamos de orar y pedir?  Esto ha frustrado la vida de oración de muchos cristianos.  No debería ser así.  Es cierto que nuestro Padre sabe todo lo que necesitamos; si no lo supiese no sería Dios.  Su conocimiento, no obstante, no es garantía de que ya tengamos las cosas necesarias:  “no tenéis, porque no pedís.”  Cierto, el Padre sabe lo que necesitamos, pero no obstante nosotros debemos orar por eso.  Sin embargo somos advertidos, que nosotros no podemos engañar a Dios y pedir por cosas que no necesitamos.

I. Mediación.

“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,” (I Tim. 2:5).  “en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él; ” (Ef. 3:12).  Ver también Juan 16:24-26, “porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.” (Ef. 2:18).  Esta es la formula escritural para presentar nuestras oraciones:  al Padre, a través del Hijo, y por el Espíritu.

Las oraciones deberían contener lo siguiente:

1. Adoración.

2. Acciones de gracias.

3. Confesión.

4. Súplica.

5. Intercesión.

 

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