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Capítulo 3

ESPOSA -El corazón del hogar

 

CAPITULO 3

Si tu eres una mujer leyendo esto y estás tratando de entender tu rol en el matrimonio, por favor haz una pausa y abre tu Biblia en Proverbios 31 (lee y medita en versículos 10-31). Este es un pasaje bíblico que te ayudará a entender tu rol en el matrimonio. Lo siguiente es dado para ayudarte a edificar sobre este pasaje en una manera práctica, para tu entendimiento de la hermosa relación que Dios inició desde “el principio”.

Yo confío que cada mujer entenderá su propio valor para su futuro esposo. Proverbios 31:10 dice que tu precio para tu esposo va más allá del de los rubíes. Cuando un hombre te pide ser su esposa, has sido elegida por sobre todas las mujeres de la tierra. Esto trae responsabilidad y oportunidad, que los ángeles del cielo bien podrían codiciar. Ella tiene en sus manos el destino y el provecho terrenal de su esposo y sus hijos más plenamente de lo que a menudo se da cuenta. Tú serás, más que cualquier persona o cualquier cosa, el más grande impacto en el futuro de tu esposo, tus hijos y tu hogar. Mucho del desarrollo y el destino de ellos están en tus manos. A menudo se dice, “los hijos son producto del hogar”. Ambos padres estampan su marca en el hogar, pero a causa del tiempo y la enseñanza, una madre invierte en moldear los hábitos del hijo, carácter y pensamientos, y su influencia hace un mayor impacto (Proverbios 31:28).

La palabra “Esposa” significa “tejedora”. Ella es la que teje el hogar en el diseño y la belleza que este intentó ser. Todas las hebras se deben complementar entre sí, y contar una con otra, para expresar la voluntad del tejedor. Un hogar tejido por una esposa cristiana expresará la gracia y la belleza que revela la obra del Espíritu Santo en todas las actividades diarias. Se reflejará claramente en la vida de sus hijos y de su esposo. “Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba: muchas mujeres hicieron el bien; mas tú sobrepasas a todas. (Proverbios 31:28-29)

El hogar es su dominio. Como el Señor Jesucristo es cabeza de la iglesia y el Espíritu Santo es Aquel Guía siempre presente, influenciando, dirigiendo, enseñando y ejecutando reglas establecidas en su Palabra, de ese modo la esposa es como el Espíritu Santo en el hogar. Su influencia en todo avanza en el hogar como la obra del Espíritu Santo en la iglesia. Ella guía, enseña, conforta, anima, da y entiende en función de edificar a su esposo y sus hijos en la Fe.

La descripción de una Buena esposa, la cual fue dada por un escritor de años atrás, es: “Una buena esposa es el mejor y final regalo del Cielo al hombre, su ángel y ministro de gracias innumerables, su joya de mayores virtudes. Su voz es su música más dulce, su sonrisa su día más brillante. Sus besos la guardia de su inocencia, sus brazos su seguridad; su industria su más segura salud. Su economía su más seguro compañerismo; sus labios son sus más seguros consejeros, su pecho es la más suave almohada de sus cuidados, y su oración el más capacitado abogado de las bendiciones del Cielo sobre su cabeza.”

Si esa es la esposa ideal, tal vez algunas preguntas deberían ser hechas antes de entrar al matrimonio con un hombre. Porque una esposa es el corazón del hogar, una mujer debería preguntarse a sí misma si ella podría ser todo lo que se requiere de ella para ser una esposa piadosa. ¿Qué tipo de mujer habrás de ser en función de llegar a ser una buena y verdadera esposa? ¿Es esta la vida que tu deseas? Aquí están algunos de esos requerimientos a considerar para llegar al cumplimiento del diseño de Dios para la esposa en un matrimonio cristiano.

Compañerismo

Yo uso la palabra en su sentido extenso. Lee otra vez la descripción de una buena mujer en Proverbios. “El corazón de su marido está en ella confiado.” El sabe que ella es su más maravillosa amiga y compañera, y ella es suya solamente. El sabe que ella es fiel a todos sus intereses e intenciones; él debe mostrar lo mismo por ella. Ella es consciente de sus necesidades y planes para el futuro. Ella puede pararse a su lado y realzar sus sueños. Nadie puede satisfacer sus necesidades y expandir su visión, sus metas, su futuro y sus compromisos como la hermosa esposa con quien se casó.

Manteniendo el Hogar

Es verdad que con ciertos trabajos, los hombres y las mujeres están igualados, pero hoy encontramos que hombres y mujeres están en competición por trabajos en el mercado. Deberíamos preguntarnos a nosotros mismos cuál es la motivación real para tal empleo. Tal vez sea poder, dinero, ego, aceptación, reconocimiento, derechos, materialismo o muchas otras cosas, no todas estas son correctas ni todas erróneas. Ellos se convencen a sí mismos que si ellos van a trabajar por un tiempo, el incremento en los ingresos les habilitará para tener cosas que ellos necesitan, como una mejor casa, un auto más nuevo, educación privada y la lista se hace interminable. De todos modos, si examinamos esto cuando sucede, una pareja nunca alcanza tranquilamente el estándar de vida que soñaron, porque este avanza mientras sus ingresos se incrementan. Una vez que una pareja establece su estándar de vida, basado en dos ingresos, raramente retornarán a tan sólo un ingreso. Por esta situación, ambos habrán perdido la clara enseñanza bíblica.

Desde el punto de vista bíblico, ¿es esto realmente la intención de Dios para una mujer, especialmente cuando hay niños en el hogar? La Biblia dice que las mujeres mayores deben “enseñar a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la Palabra de Dios no sea blasfemada” (Tito 2:4-5).

Si el hogar tiene la prioridad en nuestras vidas como Dios intentó que la tenga, entonces el orden del hogar debe ser acorde con lo que la Biblia enseña. Dios intentó para la esposa que encuentre su propósito en mantener el hogar y los niños, cuidando su casa, amando sus hijos y haciendo del hogar un refugio para su familia. Si no puede guardar su casa, y no puede aprender, o no lo hará, deberá contar con alguien que lo hará por ella. Una limpia y bien cuidada casa es absolutamente indispensable para una feliz vida matrimonial.

Esto puede sonar poco romántico para una pareja joven, pero no lo hace menos verdad. Muchos matrimonios felices han sido destruidos por el febril esquema de ambas personas, especialmente cuando los pisos no están limpios, la comida no está preparada, los hijos no están cuidados, y los sobrantes y retazos no son levantados y puestos en sus apropiados lugares. El esposo viene al hogar desde su trabajo donde la organización es un mandato en función del éxito del negocio. Se requiere de cada persona mantener orden y eficiencia en su trabajo. Si esto es importante en el mercado laboral para obtener éxito, cuánto más es necesario para el éxito en el hogar.

El esposo debe ser un hombre muy paciente, pero cuando constantemente llega a un hogar sucio, a una casa desordenada donde cada cosa está donde no debería estar y nada está donde debería, esto apaga la atmósfera y mata el gozo del hogar. Cuando las cosas están desordenadas y no hay aseo, cuando las cosas son dejadas donde se usaron por última vez en vez de ser colocadas en su lugar apropiado, se genera tensión en el hogar y rápidamente el romance vuela por la ventana.

Si, como esposa, quieres conservar una vibrante relación de amor, hacer del hogar un refugio para el descanso de tu esposo y para que escape de las presiones del trabajo, colócate entonces en sus zapatos. ¿Cómo quisieras las cosas al llegar a tu hogar? Amor y respeto deben ser las cuerdas que mantengan unida la relación. Sin embargo, el apropiado mantenimiento del hogar establecerá la atmósfera, ya sea para edificar o destruir la relación. Como toda relación, debe tener una base, y una de las piedras importantes de ese fundamento es un buen cuidado hogareño.

Comunicaciones mutuas

La comunicación debe fluir de parte de cada compañero, compartiendo cada cosa y todas las cosas. Entre un esposo y una esposa, ningún tema o incidente está fuera de los límites. Al mismo tiempo, cada cosa compartida en confidencia debe ser guardada confidencialmente. Si se viola esto, severamente se dañará la base de confianza en la relación. Mientras ella le de su confidencia plena a su esposo, no escondiéndole nada y no teniendo secretos para él, será muy cuidadosa acerca de lo que diga concerniente a su hogar fuera de su casa.

Los hombres son a menudo terribles tratando a sus esposas. El encontrará faltas que la fastidiarán y a menudo le causarán dolor. El fallará en este deber o en el otro. Una esposa sabia nunca hablará de estas cosas fuera de su casa, ni en el hogar delante de los niños. Ella solo hablará con su esposo y a su Salvador acerca de esto. Ella puede estar constantemente esforzándose en corregir estas faltas en su esposo, pero debe ser paciente, con amor, guardando su problema en su propio corazón. Proverbios 31 es un capítulo especial de la Biblia para la mujer piadosa. Aquí un versículo para guardar de corazón, “ella abre su boca con sabiduría; y la ley de clemencia está en su lengua”(versículo 26).

Aquí, a veces, se comete un fatal error. Las esposas, necia y engañosamente, parlotean unas con otras acerca de las fallas de sus respectivos esposos. A veces ellas hablan a otros hombres sobre esto, olvidando el hecho de que el amor pasará por alto los defectos. El hombre a quien ella esté hablando acerca de las faltas de su esposo debería asombrarse de que aquel pobre marido nunca vio en una esposa alguien que hablaría en tal manera, y por lo tanto ella solamente brinda falta de respeto sobre su propia cabeza. Guarda tu corazón y tus palabras al hablar a otros acerca de tu familia y tu hogar.

Presentación personal
Física y espiritualmente

Hoy en día, en nuestro mundo de avisos publicitarios, la belleza es el apelativo sexual. Muchas mujeres han comprado la idea del mundo de que la belleza traerá matrimonio, felicidad y éxito, solamente para descubrir que no es verdad. Después de los votos matrimoniales, cuando comienzan a vivir juntos, se revela la verdadera persona. Otra vez, es Dios quien nos da la correcta perspectiva, “Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada” (Proverbios 31:30).

Alguien ha dicho, “la belleza está en el ojo del observador”. La belleza real no puede ser alcanzada por pérdida de peso, vestidos elegantes, maquillaje o cualquier otra cosa que el mundo diga que necesitas para estar hermosa. “Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros, y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros; sí, la obra de nuestras manos confirma” (Salmo 90:17). La belleza verdadera y perdurable no es externa, sino interna. ¿Te has encontrado alguna vez con una pareja mayor, quienes están todavía locamente enamorados? Es enteramente posible para una esposa constantemente incrementar su encanto para su esposo. El paso de los años puede quitar la lozanía de sus mejillas, y la musicalidad de su voz, pero el arte del amor y de la gracia en mente y alma puede aun hacerla amorosa a los ojos de su esposo. Para hacer esto, de todas maneras, ella evitará todo lo que sea ofensivo y buscará ser una esposa que constantemente esté cultivando su propia vida con todo lo que sea amable, femenino, de buen agrado y piadoso.

Así que todo regresa al asunto del carácter, el verdadero ser. Una Buena esposa llega a serlo solamente por ser una buena mujer, y una buena mujer llega a serlo solo por ser una piadosa mujer cristiana. La vida matrimonial pone grandes requerimientos sobre ambos, el esposo y la esposa. Es una estricta disciplina y en ella yace mucho de su valor. Los deberes de una esposa son tales que prácticamente no hay mujer, a no ser que sea cristiana, que pueda enfrentarlos. Luchas y perplejidades, cruces y decepciones, tristezas y solicitudes se levantan, y si Cristo no está en el corazón, ellos son demasiado grandes para ser soportados. Tengamos a Cristo en nuestros hogares, y que cada esposa le permita ser su verdadero y familiar amigo.


 

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